Carlos Villagrán, a los 80 años, finalmente revela lo que todos sospechábamos

 

Carlos Villagrán, conocido mundialmente por su icónico papel de Kiko en El Chavo del Ocho, es uno de los personajes más queridos de la televisión latinoamericana. Junto a grandes figuras como Roberto Gómez Bolaños (Chespirito), María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina), y Ramón Valdés (Don Ramón), Villagrán fue parte fundamental de un programa que cautivó a generaciones de televidentes. Sin embargo, detrás de cámaras, la vida de Villagrán estuvo marcada por numerosos escándalos y controversias, especialmente por su tensa relación con sus compañeros de elenco y los conflictos legales con Gómez Bolaños.

Los primeros años de Carlos Villagrán

Carlos Villagrán Eslava nació el 12 de enero de 1944 en la Ciudad de México en una familia humilde. Su padre, un fotógrafo callejero, le enseñó desde joven a trabajar duro para salir adelante. A pesar de que su educación formal fue interrumpida por la necesidad de ayudar a su familia, el contacto temprano con el mundo de la fotografía y las artes callejeras encendió en él la chispa de la creatividad. A mediados de los años 60, Villagrán trabajó como fotoperiodista en el Heraldo de México y cubrió eventos como los Juegos Olímpicos de 1968. Fue en estos primeros años donde comenzó a acercarse al mundo del entretenimiento, especialmente en la televisión.

De extra a estrella: el ascenso a la fama

A fines de los 60, Villagrán comenzó a colaborar con importantes comediantes de la época, como Capulina y Los Polivoces. Fue contratado como extra en sus programas, inicialmente sin diálogos, pero con el tiempo se ganó la atención por su gran carisma. Su primer papel destacado llegó en 1968 con el personaje de “Pirolo” en El Club de los Millonarios. Sin embargo, su verdadera oportunidad llegó en 1970, cuando Roberto Gómez Bolaños lo invitó a formar parte del elenco de Los Supergenios de la Mesa Cuadrada y luego de Chespirito.

El nacimiento de Kiko en El Chavo del Ocho

Carlos Villagrán y un fan protagonizan emotivo abrazo en Comic Con 2023 -  El Comercio

En 1973, Villagrán se convirtió en uno de los pilares del programa El Chavo del Ocho, interpretando al memorable personaje de Kiko, el niño consentido y malcriado. Junto a Chespirito, María Antonieta de las Nieves, Ramón Valdés, y Florinda Meza, Villagrán se ganó el cariño del público. Sin embargo, las tensiones internas no tardaron en surgir.

La salida de El Chavo del Ocho y la disputa con Bolaños

En 1978, Villagrán tomó la decisión de abandonar El Chavo del Ocho para emprender su propio proyecto. Quería continuar interpretando a Kiko, pero las disputas legales con Roberto Gómez Bolaños sobre los derechos del personaje llevaron a un conflicto que resultó en su salida definitiva. Según Villagrán, Bolaños se mostró celoso de la creciente popularidad de Kiko, lo que alimentó una profunda enemistad entre ambos. Villagrán, por su parte, acusó a Gómez Bolaños de apropiarse de los méritos de los personajes y las historias, algo que generó fricciones irreparables.

La carrera en solitario y el exilio en Venezuela

 

Carlos Villagrán dice adiós a Quico
Después de su salida de El Chavo del Ocho, Villagrán se trasladó a Venezuela, donde logró cierto éxito con programas como Federico y Las nuevas aventuras de Federico. También participó en el popular show infantil El Circo de Monsieur Cachetón, y aunque sus programas no alcanzaron la popularidad esperada, su presencia en la televisión venezolana se consolidó.

 

Regreso a México y nuevos conflictos

En 1987, Villagrán regresó a México con la esperanza de retomar el personaje de Kiko en nuevos proyectos. A pesar de contar con el apoyo de su fiel público, su programa Kiko fue cancelado tras unos meses debido a los bajos índices de audiencia. A lo largo de los años, Villagrán continuó enfrentando batallas legales con Bolaños y otros miembros del elenco, mientras que las tensiones con Florinda Meza, esposa de Gómez Bolaños, seguían en pie.

La polémica con Florinda Meza y los comentarios de Villagrán

Recientemente, Villagrán ha reavivado la controversia al hacer comentarios mordaces sobre Florinda Meza. En una entrevista con Dante Gebel en Argentina, Villagrán se burló de la edad de Meza, insinuando que “tal vez ya esté muerta y no se lo hayan dicho”. Este comentario provocó una fuerte reacción de los fanáticos, quienes lo vieron como una falta de respeto hacia la viuda de Roberto Gómez Bolaños.

Villagrán, por su parte, explicó que sus comentarios fueron una respuesta a las declaraciones previas de Meza, quien había negado los rumores de un romance con él durante su tiempo trabajando juntos. Según Villagrán, Meza siempre estuvo más interesada en la fama de Bolaños que en el trabajo en sí.

Kiko a los 80: el regreso a los autógrafos y el negocio de los recuerdos

A sus 80 años, Villagrán sigue siendo una figura popular, y aunque muchos lo ven como un ícono de la televisión, otros sienten que debería retirarse del personaje de Kiko. A pesar de sus críticas y su salud deteriorada, Villagrán continúa realizando apariciones públicas, cobrando tarifas de hasta 2950 pesos por autógrafo en algunos eventos. Esto ha generado opiniones divididas en las redes sociales, donde algunos fans lo aplauden por seguir activo, mientras que otros consideran que el desgaste físico y la falta de frescura del personaje son señales de que es hora de decir adiós.

Conclusión

Carlos Villagrán es un hombre de contrastes: amado por muchos, pero también rodeado de conflictos y controversias. A lo largo de su vida ha sido tanto víctima como protagonista de historias que han marcado su carrera. Si bien sigue siendo recordado con cariño por su interpretación de Kiko, su legado también está marcado por los escándalos y las tensiones que definieron su relación con otros grandes nombres de El Chavo del Ocho. Con sus últimos movimientos en la escena pública, Villagrán parece ser un hombre que sigue buscando su lugar en el corazón de los fans, aunque cada vez más rodeado de dudas sobre la conveniencia de continuar interpretando a un personaje que, para muchos, pertenece ya al pasado.